[Artículo] Fútbol, ¿espectáculo o democracia?

AXEL TORRES

Este verano, en una memorable noche de fiesta en Transilvania, subí a un taxi en la bonita ciudad de Brasov. El conductor se emocionó al saber que yo llegaba de Barcelona, y empezó a contarme que era muy aficionado del club azulgrana, que veía todos los partidos, que lo vivía con pasión. Al poco rato, le inquirí sobre el equipo de su ciudad, que compite en la máxima categoría del fútbol rumano. Hizo como una mueca y lo despreció. Creo que no conocía ni a sus jugadores.

El asunto me preocupó, porque si a la gente de Brasov le deja de interesar el FC Brasov, es evidente que el FC Brasov está condenado a desaparecer o a convertirse en algo residual. Y eso sería preocupante, porque el fútbol debe mantener siempre el concepto de cercanía. Es decir: se puede admirar, por supuesto, al mejor equipo del mundo. Se puede sentir afinidad afectiva hacia él. No hay ningún problema con eso. Pero no se puede olvidar que este juego nace a partir del momento en el que una gente de un barrio, de una comunidad, de una universidad, de una escuela, etc., crea un equipo para jugar a fútbol: el equipo va creciendo, los vecinos, primos, tíos y otros cercanos de los jugadores empiezan a acudir a ver sus partidos, y poco a poco la gente de alrededor se va interesando, y poco a poco los resultados del equipo, los golazos del delantero, los errores del central lento, se convierten en asunto de conversación en el café del pueblo, en la peluquería mientras se espera turno, en la charcutería mientras te sirven la carne.

Es el papel social que tiene el fútbol, un papel social que nace de la relación natural de cercanía entre la creación de un club y su gente cercana, y que se transmite de generación en generación. Yo no sería de mi equipo si no supiera que mi abuelo sufrió por esos colores. Si convertimos el juego en un espectáculo mundial focalizado en 20 puntos fuertes del globo terráqueo, ¿dónde quedará la identificación?, ¿dónde quedará el saber que el tío que metió el pase nació cuatro calles más abajo y es primo de la hermana de la novia del amigo al que le ganaste ayer la partida de póquer?

*extracto del artículo “Fútbol, ¿espectáculo o democracia?” del periodista Axel Torres, publicado en el nº 04 de la revista PANENKA, y a su vez incluido en el nº 0 de La Voz de la Cantina.